Si bien es cierto que para muchas mujeres la panza artística
solo sería una escultura, para la psicóloga Sandra Alejo es la representación
emocional de la madre durante su gestación. "Es el recuerdo del primer
estado del bebé y de una experiencia física y emocional diferente para
ella", explica. Agrega, además, que uno de los grandes beneficios es que
se podrá palpar y ver, realmente en profundidad y tamaño, el lugar donde
habitaba el hijo. Para el niño, explica, será una forma de saber que sus papás
lo deseaban tanto que optaron por plasmar su vida en una obra.
Con la escultura de sus panzas y sus hijos